Este es mi cuento.
Bruxa
La bruxa era delgada, culta
enamoradiza, sensible y alta. Ella era delgada como un palito vestido de
violeta, tan enamoradiza como
una princesa de cuentos de hadas.
-¡Voy a hacer un hechizo!-exclamo la
bruja
-¡Hay sapo! te voy a hechizar para que
seas mi príncipe azul-exclamo la bruja
-¿Voy a ser lindo?-pregunto el sapo
-claro, dijo la bruxa, ¡Mis hechizos
nunca fallan contemplo la bruja
-Espero-cuchicheo el sapo.
Cuando la bruxa salio de la casa se
dio cuenta de que su escoba mágica no tenía nafta entonces tuvo que ir
caminando a la gasolinera.
-¡Tengo que ir a la gasolinera!-exclamo
la bruxa. Cuando llego a la gasolinera.
-Hola señor-dijo la bruxa.
-Hola señora-
-¿De que le tengo que poner a mi
escoba mágica?
-No se señora es su escoba.
-Lo que sea no me podes servir-
-No, es autoservicio-
La bruja lo miro con cara de desagrado
se sirvió uno de los que estaban ahí y se marcho enojadísima.
Cuando estaba volando en su escoba pensando
en como seria su príncipe azul hasta que no se dio cuenta y choco con un árbol.
-¡Auch!- exclamo la bruja
-Se
nos rompió la escoba ¡Ahora tenemos que ir caminando!-grito el sapo
Ella tan triste se puso a llorar,
parecía que se iba a largar una tormenta, hasta que…
-¡Mira el árbol de la poción que nos
falta!-exclamo el sapo
Cuando llegaron…
-Yo voy-dijo la bruxa, pero cuando vio
al ogro se asusto y se cayó al piso.
Entonces con una rama lo tiro al sapo
por donde estaba el ogro para que vaya a buscar una hoja de la poción.
Hasta que el sapo encontró la hoja y
la bruja lo salvo.
Como la escoba estaba rota la bruja se
fue caminando hasta su casa, cuando
llego a su casa término el hechizo y lo convirtió en príncipe pero no en un príncipe
lindo, un príncipe horrible y viejo entonces le puso doble poción y se
transformo en el príncipe azul soñado de ella.
El era aquel joven apuesto y varonil
soñado, ella le dijo que espere y se fue a su cuarto a hacer gimnasia y a
depilarse auque le dolió mucho.
Cuando bajo las escaleras se dio
cuenta de que su príncipe azul se estaba alejando con la gasolinera a través de
las montañas.
Finalmente ella fue a la ventana con
su ratón y…
-¿Queres mi quesito?- pregunto el
ratón
-¿Yo?-pregunto la bruja
-Si, para vos-
-Muchas Gracias, sos el único amigo
que me queda, TE QUIERO MUCHO-
-Yo también-
Y el ratón y la bruxa vivieron felices
para siempre.
Fin.
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